MERIDA

Fulbright: 75 años brillando a plenitud

(MERIDA) — Estudiaba secundaria general en el colegio San Francisco de Sales de Caracas (Colegio Salesiano, Av. Andrés Bello), cuando una vez le vi a un compañero un sweater deportivo con el logo del Massachusetts Institute of Technology (MIT) estampado en su parte frontal. Habiéndome gustado ese sweater le pedí que me lo vendiera, lo cual hizo creo por 50 Bs. Fue la primera vez que supe que el MIT existía. Y nunca me imaginé que, con el correr del tiempo, décadas después, yo iba a pisar esa prestigiosa institución norteamericana, invitado a dar una clase magistral en el Departamento de Ciencias de la Tierra, Atmosféricas y Planetarias, el 3 de octubre de 2018, la cual titulé “ Past and upcoming important solar eclipses in the continental U.S.: Reviewing circumstances, studies on its environmental effects and future perspectives” [http://prensa.ula.ve/node/14985] y [https://calendar.mit.edu/event/eaps_department_lecture_series_-_marcos_penaloza-murillo_universidad_de_los_andesvenezuela].

En esa oportunidad tuve la grata experiencia, después de mi presentación, de ser recibido en su despacho por su rector-presidente, el venezolano Dr. Rafael Reif, para una saludo y conversación. Hablamos por unos 25 minutos, además, de las fotos para el recuerdo. En la conversación con el Dr. Reif planteé la opción de presentar ante el Departamento arriba citado un proyecto, el cual ya ha aprobado, y que trata el tema de la transferencia de radiación en la atmósfera de Plutón con datos tomados desde la Tierra con un avión de la NASA [https://www.nasa.gov/mission_pages/SOFIA/index.html]. Alguien me dijo que esas fotos con el Dr. Reif eran históricas, porque dos venezolanos, por las circunstancias de cada quien, se encontraron en la principal oficina, nada más y nada menos, del MIT

Esta última calificación del MIT no es exagerada. Como recuerdo de mi visita, mi colega anfitrión, el Dr Michael Person, director del Wallace Astrophysical Observatory del MIT, me regaló un pequeño folleto promocional de esa institución del año 2016. En alguna parte, se da información de los méritos obtenidos por sus profesores e investigadores: 85 habían compartido el premio Nóbel (Medicina, Física, Economía, Química, Paz, etc), 40 habían recibido la Medalla Nacional de la Ciencia, 5 habían recibido el premio Putlizer, 11 habían recibido la beca Fulbright, 61 habían recibido la beca Guggenheim, 23 habían recibido la beca MacArthur, 79 eran miembros de la Academia Nacional de Ciencias, etc. Estos méritos han convertido al MIT en una de las instituciones norteamericanas no solo top en Estados Unidos, sino en el mundo. Y la mera mención a la beca Fulbright, como uno de esos méritos en el contexto del presente artículo, da una idea de lo importante que ésta tiene y que en este año 2021 está en su 75 aniversario (sobre este punto, al final).

Me dijo mi colega en aquella oportunidad que de cada 100 estudiantes que aplican para un cupo en el MIT, sólo son admitidos 11. Varios han sido los venezolanos que han egresado del MIT, a nivel de pregrado y postgrado, entre los cuales destacan Melchor Centeno Vallenilla (1905-1986) ingeniero electricista, profesor universitario e inventor; quien en 1930 se convierte en el primer latinoamericano en recibir el título de Bachelor of Science in Electrical Engineering, otorgado por el MIT [https://es.wikipedia.org/wiki/Melchor_Centeno_Vallenilla]. En ese mismo año egresa con el título de Ph.D. en geología el ingeniero geólogo Guillermo Zuloaga (1904-1984) [file:///C:/Users/MARCO%20PE%C3%91ALOZA/Downloads/2020RamosANIHZuloaga%20(1).pdf], primer venezolano en recibir un doctorado del MIT, y quien descubriera la calina marina en Venezuela (ver mi artículo [https://www.elnacional.com/opinion/calina-humo-humo-calina-tampoco-calienta_31289/]). El presidente de Empresas Polar, Lorenzo Mendoza (1965-  ), es otro egresado con una maestría en administración. Y no podía dejar por fuera mi antiguo compañero de primaria en el Colegio La Salle, La Colina (Caracas), posteriormente, compañero en la licenciatura de Física en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela, Rafael Martín Landrove, quien obtuvo su Ph.D. allá, etc.

Para mi fortuna, siendo profesor titular en el Departamento de Física de la Facultad de Ciencias de la ilustre y bicentenaria Universidad de los Andes-Mérida, tuve la oportunidad de optar en 2011 a una beca Fulbright, la cual obtuve al año siguiente; para ello le solicité a esta universidad mi año sabático.

En mi aplicación a Fulbright propuse la ejecución de un proyecto titulado “Mathematical analyisis of temperatura measurements obtained by Williams-College-Hopkins observatory’s international expeditions to observe total solar eclipses”, para ser realizado en el Departamento de Astronomía del Wiiliams College (Williamstown, Massachusetts), institución norteamericana de educación superior, top N° 1 en su tipo en el ranking correspondiente [https://www.usnews.com/best-colleges/williams-college-2229#:~:text=Williams%20College’s%202021%20Rankings,widely%20accepted%20indicators%20of%20excellence.].

Como parte del proceso de la aplicación, sintiéndome pre-seleccionado, fui citado a una entrevista con la agregada cultural de la embajada americana en Caracas, la cual se hizo en inglés. Esto tiene su justificación por dos razones: la defensa oral del proyecto para ver si efectivamente yo era el autor y, para saber si yo realmente hablaba inglés (obviamente un requisito indispensable). En enero de 2012 partía para Estados Unidos, vía Miami, como académico internacional del programa Fulbright 2012, con una flamante visa J1 de invitado por el Departamento de Estado de Estados Unidos.

Rumbo a la puerta de embarque para la conexión con mi vuelo a Boston, me topé por azar, mientras compraba agua mineral, a Guillermo Zuloaga, expresidente de Globovisión, para aquel entonces exiliado en Estados Unidos., y a quien no conocía personalmente. Lo reconocí y lo saludé brevemente. No hablamos mucho porque tenía que ir rápido a tomar mi segundo vuelo. Le desee mucha suerte en su lucha contra sus perseguidores políticos. Ya en el aeropuerto Logan de Boston, en el estacionamiento, rumbo al taxi que me iba a llevar a Williiamstown, mi destino final, me encontré en el suelo un billete de 10 dólares y pensé que era un vaticinio de que todo iba a salir bien ese año. En Williamstown, me asignaron un apartamento ubicado en la planta baja de una gran casa, parecida a una mansión, cuyo nombre es “Jerome House”, la cual perteneció a Jenny Jerome, la mamá de Winston Churchill; la usaba para pasar el verano con su pequeño Winston.

En febrero de 2012, para darme a conocer y presentarme ante la comunidad científica de ese college, expuse el tema “An approach of Williams College to atmospheric science through its solar eclipse meteorological observations in Africa and China”. Y ese mismo día partía hacia Boston para visitarla por primera vez. A solicitud mía, mi anfitrión allá, me ayudó a reunirme con jóvenes venezolanos residentes en Boston, pertenecientes a dos diferentes organizaciones, para explorar un poco sus sentimientos y expectativas. Esta interesante experiencia quedó por escrito en un artículo de opinión que escribí para la edición impresa de El Nacional el 1ro de agosto de 2012, que se puede leer en

[https://www.researchgate.net/publication/351492069_El_7-O_en_Boston].

Meses después ante un auditorio estudiantil, interesado en alguna asesoría de investigación para el período de verano de 2012, expuse brevemente mi proyecto.  Días después un estudiante de nombre Teddy Amdur, de Chicago, se apareció en mi oficina para pedirme mi asesoría. Fue mi primer estudiante del college con el cual trabajé ese verano. Al final, Teddy presentó su trabajo en el Summer Research Poster Session de 2012, bajo el título “Evaluating simple kinematics models for Sun obscuration during solar eclipses”

[https://www.researchgate.net/publication/282154959_Evaluating_Simple_Kinematics_Models_for_Sun_Obscuration_during_Solar_Eclipses]. Actualmente, Teddy es un estudiante graduado en el Departamento de Ciencias de la Tierra y Planetarias de la Universidad de Harvard.

Pero más importante que todo lo anterior es el resultado del proyecto, financiado y ejecutado no solo con la beca Fulbright sino también con el soporte de  la Universidad de los Andes-Mérida (año sabático), que hasta ahora nos ha permitido la publicación de tres importantes artículos de investigación en la literatura científica internacional de aceptable y buen prestigio, a saber: (1) “Air-cooling mathematical analysis as inferred from the air-temperature observation during the 1st total occultation of the Sun of the 21st century at Lusaka, Zambia”, publicado en Journal of Atmospheric and Solar-Terrestrial Physics

[https://www.researchgate.net/publication/273399550_Air-cooling_mathematical_analysis_as_inferred_from_the_air-temperature_observation_during_the_1st_total_occultation_of_the_Sun_of_the_21st_century_at_Lusaka_Zambia], (2)  “Cloudiness and solar radiation during the longest total solar eclipse of the 21st century at Tianhuangping (Zhejiang), China”, publicado en Journal of Geophysical Research- Atmosphere 

[https://www.researchgate.net/publication/328975984_Cloudiness_and_Solar_Radiation_During_the_Longest_Total_Solar_Eclipse_of_the_21st_Century_at_Tianhuangping_Zhejiang_China] y (3) “Anomalies and fluctuations of near-surface air temperature at Tianhuangping (Zhejiang), China, produced by the longest total solar eclipse of the 21st century under cloudy skies”, publicado en Publications of the Astronomical Society of the Pacific [https://iopscience.iop.org/article/10.1088/1538-3873/abb2f9/pdf].

Aparte de los anteriores logros académicos y científicos, ¿qué otras experiencias tuve en el uso de la beca Fulbright? Fueron varias.

Por orden de importancia, aquella que me llevó a dar una inesperada presentación en el coloquio de estudios internacionales del Departamento de Ciencias Políticas de Williams, invitado por el Dr. James Mahon, Woodrow Wilson Professor of Political Science. Esto para mí era un trabajo extra.

Conocí al Prof. Dr. Mahon en una reunión social y, dado que en ese año de 2012 iban a haber elecciones presidenciales (con Hugo Chávez como candidato por última vez), era un tema muy atractivo y candente; sin embargo, al principio yo me negué argumentando que yo no era politólogo ni analista político, pero a la larga me convencieron con una invitación a una cena de comida china con los estudiantes. Este evento tuvo lugar el 11 de marzo de 2012 y lo titulé “On the Chavez’s revolutionary confusion and manipulation”. El resumen de esta ponencia la publiqué en artículo de opinión, bajo el título “Confusión revolucionaria”, en la edición impresa de El Nacional de fecha 16 de junio 2020, pero se puede ver también completa (en inglés) en [https://www.researchgate.net/publication/282733375_ON_THE_CHAVEZ’S_REVOLUTIONARY_CONFUSION_AND_MANIPULATION].

A medida que se acercaban las elecciones presidenciales del 7 de octubre de 2012, el interés por ella aumentaba; así, el Dr. Magnus T. Bernhardsson, Chair of Arabic Studies, Brown Professor of History and Faculty Affiliate in Leadership Studies and Religion, organizó un foro titulado “The Elections in Venezuela”, al cual fui gentilmente invitado para formar parte del panel, compartido con el Prof. Dr. Mahon, arriba citado, y una estudiante caraqueña de ciencias políticas de nombre Ariana González. Esa actividad tuvo lugar el 2 de octubre de 2012 [https://communications.williams.edu/news-releases/9_11_2012_internationalstudies/].

Habiendo solicitado en el consulado venezolano en Boston mi status de residente temporal en Massachusetts, y mi mudanza al centro electoral a ese consulado, el domingo 7 de octubre de 2012, ya estaba en Boston para votar, lo cual se hizo con tarjetas… tiempo sin hacer eso en unas elecciones (o sea, sin trampas informáticas con máquina). Allí, no hubo duda que Capriles Radonski ganó; casi todos, por no decir todos, votamos por ese candidato que, a la larga hoy día, nos salió presuntamente fraudulento, coqueteando ahora con Maduro (pero eso es otro tema).

Después de lo anterior, hice planes para una visita a la ciudad de Nueva York, no muy lejos de donde vivía, la cual tuve que retrasar por la llegada desastrosa del huracán Sandy (23-29 octubre, 2012), la cual se abatió contra esa ciudad y el vecino estado de Nueva Jersey. Por el área donde yo vivía, Williamstown (noreste de Massachusetts), sus coletazos se sintieron como fuerte tormenta que derribó grandes ramas de pinos alrededor de mi casa residencial. La noche de mayor intensidad no pude dormir bajo tensión por las ráfagas de viento que se dejaban sentir. Al día siguiente, muchas ramas de pinos tiradas en la calle obstaculizaban el paso.

Superada esta amenaza, me fui a Nueva York, ciudad que no visitaba desde diciembre de 1999. Estuve en el Museo Americano de Historia Natural, visité el memorial de las Torres Gemelas, el Departamento de Astronomía de la Universidad de Columbia, entre otros, incluyendo el muy curioso apartamento que le hicieron a Cristóbal Colón temporalmente en esa ciudad, y que mereció un artículo en El Nacional, en la edición impresa del 16 de mayo de 2013 [https://www.researchgate.net/publication/282661784_El_apartamento_de_Colon_en_Nueva_York]. Al salir de él, me fui a visitar el memorial que le hicieron, muy cerca, en Central Park, a John Lennon (Strawberry Fields memorial), etc.

Pasada la medianoche, siendo ya el 28 de diciembre de 2012, aterrizaba en Maiquetía de regreso a Venezuela después de una extraordinaria experiencia anual debida al programa Fulbright de becas de para académicos internacionales.

No mucho tiempo después, recibí en mi casa un certificado cuyo texto dice:

Certificate of Completion / The J. William Fulbright Foreign Scholarship Board and the Bureau of Educational and Cultural Affairs of the United States Department of State award this certificate to Marcos Antonio Penaloza Murillo / in recognition of successful completion of the / Fulbright Scholarship Program / December 2012 / Washington, DC / Chairman, J. William Fulbright / Assistant Secretary of State for Educational and Cultural Affairs

Como resultado de esa pasantía Fulbright en el Williams College en 2012, hoy día soy investigador científico (ad honorem) de su Departamento de Astronomía y asociado a su observatorio Hopkins [https://astronomy.williams.edu/profile/map4/] desde 2015 hasta la fecha. Por tal motivo, la Asociación de Profesores de la Universidad de los Andes (APULA), ya profesor titular jubilado, me concedió medalla al mérito académico en diciembre de 2016. Y así, continúo comprometido con la investigación científica y educación en esa prestigiosa institución norteamericana. Por ejemplo, en mi última visita allá (diciembre 2018 – junio 2019), asesoré un trabajo de pregrado cuyo estudiante recibió por él la mención honorífica. Previamente, participé en la expedición que fue hasta Salem, Oregon, a observar el gran eclipse americano del 22 de agosto de 2017, etc. Debo regresar después de que pase la pandemia china. Esta última experiencia científica es narrada en mi artículo de El Nacional en la web publicado en [https://www.elnacional.com/opinion/columnista/silla-parlante-stephen-hawking-memoriam_228350/], además, de una entrevista en vivo en CNN en español en su sede de Miami, el 4 de septiembre de 2017 (ya de regreso a Venezuela, con escala en esa ciudad).

la cual puede ser vista en [https://www.youtube.com/watch?v=Sb8ywenPjGU].

El programa Fulbright es un programa altamente competitivo de ayudas de estudio para intercambio de graduados estadounidenses y de los países miembros del programa que pueden investigar, estudiar o enseñar en los países del programa o en Estados Unidos. Se considera uno de los programas más prestigiosos del mundo y funciona en más de 160 países. 60 antiguos becarios Fulbright han recibido el Premio Nobel hasta la edición de 2020, 39 han servido en importantes cargos del gobierno americano, 16 han recibido la Medalla Presidencial de la Libertad, 88 han recibido el premio Putlizer, etc.

El programa nació en 1946 al finalizar la Segunda Guerra Mundial, por iniciativa del entonces senador de Arkansas J. William Fulbright, con la esperanza de que, al fomentar el intercambio entre estadounidenses y ciudadanos de otras naciones, se eliminarían las bases de futuros conflictos al fomentar la tolerancia y el entendimiento mutuo. Con el objetivo de contribuir al entendimiento entre los países mediante los intercambios formativo culturales que faciliten el conocimiento mutuo. El programa Fulbright proporciona fondos para estudiantes, eruditos y profesionales para emprender estudios de portgrado, investigación avanzada, enseñanza en la universidad y enseñanza en escuelas elementales y secundarias al exterior. El alcance inicial de este programa se centró en Europa, pero hoy el programa funciona en todo el mundo.

El programa es administrado por el US Department of State y por 49 fundaciones y comisiones Fulbright binacionales, o en su defecto las embajadas de Estados Unidos, en los diferentes países en los que opera. ​ Sus primeros participantes viajaron en 1948, financiados por indemnizaciones de guerra y reembolsos de préstamos extranjeros a Estados Unidos. Hoy, es financiado por fondos del congreso y aportaciones de los gobiernos asociados. El programa también recibe ayudas financieras importantes de instituciones académicas, fundaciones y del sector privado [https://es.wikipedia.org/wiki/Programa_Fulbright].

En Venezuela hay unos cuantos académicos, profesores universitarios, etc., recipientes de la beca Fulbright. Aquí en la Universidad de los Andes hay algunos, pero no sé quiénes son todos. No es fácil encontrar este dato. Me ha sido imposible encontrar en Internet una relación de aquellos venezolanos que han merecido y disfrutado de esa beca. Recuerdo que en aquel año 2012 solo dos de Venezuela estábamos en Estados Unidos como visitante Fulbright: un profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Simón Bolívar, de nombre árabe, ubicado en el estado de Connecticut, estado vecino a Massachusetts donde yo estaba, y yo. Esto me llamó la atención dado que, según lo visto en Internet, eran más de otros países latinoamericanos, como México, Brasil, Argentina, Chile, etc. Y no me atreví a preguntar el porqué.

En Venezuela, hoy día, saber quiénes somos no interesa a la sociedad venezolana si consideramos que los fulbrighters, como nos llaman, no tenemos ninguna importancia; en ese sentido, eso se explica dado que nuestro país es altamente frustrante en el reconocimiento de méritos de ese tipo (no así, para aquellos que acumulan méritos en la corrupción, guerrilla, mercado negro, lavado, mafia y similares).

Los fulbrigthers somos considerados parte de una organización americana más grande denominada “Alumni U.S. State Department Alumni Network” (Alumni State), que agrupa a aquellos ciudadanos extranjeros que hayan disfrutado, de alguna forma, de fondos federales para su educación y actividades similares en EE.UU. [https://www.cipusa.org/article/state-department-alumni-network].

Este año de 2021 Fulbright cumple 75 años de existencia, por lo que sus directivos desean conmemorarlo con diferentes actividades [https://fulbright75.org/]. Son 75 años brillando a plenitud, haciendo honor al apellido de su fundador, “Fulbright”, cuya traducción vendría a ser algo así como “full de brillo”.

Y este artículo la humilde contribución de Dr. Marcos A. Peñaloza-Murillo (Ph.D.) a resaltar este aniversario.

MAYO 18, 2021.

Te puede interesar